Mensaje de la alumna de la Escuela Preparatoria “Prof. Ramón Berzunza Herrera”, Ana Laura Baeza Cervera, en la Ceremonia Cívica del LXVIII Aniversario Luctuoso del “Dr. Héctor Pérez Martínez”, que encabezó el gobernador del Estado, Alejandro Moreno Cárdenas.
12.02.2016
Saludo con respeto al Sr. Gobernador del Estado, a los distinguidos miembros del presídium, invitados y asistentes. Buen día a todos.
Prestad oídos… Encima de la cama de bronce, vestido de negro, pálido, pero con la fisonomía tranquila, sin contracción alguna, y pareciendo más bien dormir con el plácido y pasajero sueño de la vida, que con el eterno y profundo de la muerte.
¡Ex ungue leonis! Reconocemos la péndola magistral de nuestro homenajeado.
Son los renglones postreros – de su factura – de ese texto fundamental para comprender al impasible, a Juárez, al héroe de la reforma y llama patriótica inextinguible, que logró la restauración de la república al derrotar al segundo imperio.
Crípticos los designios del hado, tal retrato, pronto se aplicó al genitor del mismo, al llegar el momento omega de su partida de esta dimensión orgánica, cuando la parca Átropos, acaso celosa de la luz de nuestro insigne, lo hace víctima del fatum de la cuarta constelación, Cáncer, y articula la cizalla funesta, cortando prematuramente – con sólo 42 vueltas al sol – la hebra vital de nuestro prohombre.
¡Ay Campeche! ¡Cuánto perdimos!
Pero también ¡Cuánto nos diste! Dr. Héctor Pérez Martínez.
Una sola de tus obras, como periodista, escritor, biógrafo, historiador, ensayista, novelista, poeta, político, redentor y promotor de la cultura, basta para explicar y justificar con creces, tu fugaz existencia.
Alumnus dilecto del Instituto Campechano, al que en su momento rescataste, manteniéndolo como “cantera inagotable de talento”, al decir de Vasconcelos.
De tu ingreso al periodismo, por el llamado de una de tus vocaciones, escribió Carlos Justo Sierra Bravatta, que llevabas el carcaj repleto de ideas e ilusiones, lo que te hizo formar parte de una generación nueva, heredera del movimiento revolucionario de 1910.
Tu carrera política fue deslumbrante y meteórica: diputado federal; cuadragésimo segundo gobernador de tu estado; en la Secretaría de Gobernación: oficial mayor, subsecretario y secretario.
Pero, en un jueves de umbra de hace 68 años, el cálamo de la musa Clío, cesó de escribir los renglones de la historia de tu vida, y nos dejó para siempre con la incógnita de tu porvenir, esperadamente glorioso.
Don Héctor Pérez Martínez, tu legado histórico está vigente, y aún con lecciones por descubrir y ejemplos por seguir; tu linaje intelectual perdura vivo con Silvia Molina; y Campeche, sigue de pie ante tu memoria, alfaguara inagotable de inspiración.
Instituto Campechano.
Un pasado de gloria y un presente de luz.
Gracias por su atención.
Ana Laura Baeza Cervera.
Alumna bachillerato.